Somos sentido común
Somos sentido común, ejercemos la política como un acto supremo de amor, de desprendimiento, creemos en nuestra gente, creemos en nuestro país, en las oportunidades, en las inversiones, en la ley, en nuestra constitución y sobre todo en nuestra Libertad…!
Viva la Patria !
Respirar , vivir y morir a la sombra de nuestro pabellón nacional !
"Este es uno de los videos más polémicos que voy a hacer, pero quiero hacerlo porque me han preguntado mucho sobre mi postura política.
Para los que no saben, soy abogado especialista en finanzas, magíster en administración financiera y magíster en administración de negocios (MBA, como mejor lo conocen).
Como una persona de leyes y que le interesa el progreso económico de un país, obvio tengo que tener una postura política. Mira, la política desde sus raíces más antiguas, (les recomiendo este libro de Deca llamado "El libro la política"), tiene un solo propósito y es mejorar la vida de las personas. Ningún otro. No lo dice solo un autor, lo dicen siglos de pensamiento político. Aristóteles, de hecho, enseñó que el fin último de la política era alcanzar el bien común y es por eso que existe el Estado. Por eso los ciudadanos cedemos parte de nuestra libertad individual. Permitimos que se nos impongan normas, leyes, que se administran nuestros recursos, los que producimos nosotros con la fuerza de nuestro trabajo, que se nos gobierne, porque creemos que esa cesión de poder debe traducirse en algo a cambio y ese algo a cambio es una vida mejor. No tiene sentido que yo limite mi libertad, esa capacidad de poder hacer lo que yo quiera, si a esa persona que se la estoy cediendo no me da nada a cambio. Queremos una vida más digna, más segura, más próspera. Pero si esto es así, entonces hay una sola pregunta que debería guiar cada decisión política: ¿Esta decisión mejora o empeora la vida de las personas?
No se trata de ideologías, no se trata de etiquetas, se trata de algo mucho más básico, del efecto que tiene cada política sobre la vida real de la gente. Por ejemplo, cuando un gobierno decide no perseguir el crimen en nombre de una supuesta paz, cuando reduce el respaldo de la fuerza pública o se debilita la autoridad judicial, cuando se invierte más en espectáculos, subsidios, aplausos, que en infraestructura, educación o salud, ¿la vida mejora o empeora?.
Un estado verdaderamente justo no actúa como salvador de sectores específicos, no construye su agenda para convencer a quien no quiere avanzar, no se trata de rogarle al delincuente que por favor no delinca, ni de mendigarle al desinteresado que por favor estudie o trabaje. Se trata de construir condiciones reales para todos, un entorno donde si alguien en algún momento decide salir adelante (el que hoy está en la pobreza, el que salió de prisión, el que busca un nuevo comienzo), tenga por delante un camino posible, no una muralla.
Eso es para mí la política bien hecha: crear un terreno fértil donde florecer depende del deseo y del esfuerzo, no de la suerte, o de la palanca. Y para que eso exista, hay tres condiciones que todo gobierno en cualquier lugar del mundo debería garantizar con seriedad:
- Primero, seguridad. Sin seguridad, no hay vida y sin vida, no hay nada. Como enseñaba Hobbes, el principal deber del estado es protegernos de la violencia, solo en un entorno seguro la gente se atreve a emprender, a estudiar, a arriesgarse.
- Segundo, justicia. Una ley que no se cumple, no es ley, la impunidad erosiona la confianza, debilita al justo y envalentona al criminal. La justicia no puede ser un lujo, debe ser una piedra firme que todos veamos y respetemos.
- Y tercero, la condición en la que deberíamos estar pensando en este momento, después de tantos años de desarrollo: infraestructura, el desarrollo ocurre cuando hay puentes, no barreras, cuando hay vías, energía, conectividad, agua, salud, educación, instituciones que funcionan, no importa a tu origen de tu apellido si quieres avanzar, debe haber un camino disponible para ti.
Estas tres condición no están apuntándole a los pobres, o a los clase media, o a los ricos, no, le están apuntando a todos por igual. Porque un país no debe rogarle a una persona que salga adelante, debe generar las condiciones para que cualquier persona que quiera prosperar en la vida, pueda hacerlo. Por eso cualquier proyecto serio de un país debería plantearse como una triple revolución: una revolución en seguridad para que nadie viva con miedo, una revolución en justicia para que nadie dude de la ley y una revolución en infraestructura para que nadie se quede sin acceso al futuro. Esto no se trata de prometerle al pueblo cosas que no ha pedido, ni regalar lo que no se ha ganado, se trata de construir un país donde cada ciudadano que quiera salir adelante, pueda hacerlo y cada política, cada reforma, cada gasto público, cada discurso debería someterse a la única pregunta que de verdad importa: ¿esto hace que vivamos mejor o peor? Porque cuando la política se olvida de esa pregunta, se olvida de sí misma y empezamos a vivir en el mundo del revés, donde lo malo es bueno y lo bueno es malo.
¿Si todavía te estás preguntando si soy de derecha o izquierda? Soy de lo que decía un autor que me gusta mucho Michael Oshodt, soy del sentido común. La ideología nubla las decisiones. El sentido común, yo sé que tú lo tienes y yo también y no hay nada más poderoso que eso para guiar tu decisión política. si tu hijo cometió una falta, ¿lo premias o lo castigas?, si no sales a trabajar y a lucharla, ¿el dinero llega o se aleja?, si cometes malas decisiones, ¿la vida te premia o te castiga?, ahora pregúntate si tu gobierno tiene este mismo sentido común.
Si te gusto este vídeo, compártelo con la mayor cantidad de personas posible."
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