Viva los Blancos, carajo!
Viva los Blancos, carajo
(Porque cuando se calla demasiado, se traiciona la historia)
Yo no soy de andar hablando mal del Partido.
Nunca lo fui.
Uno aprende desde chico que la casa se cuida,
que los errores se corrigen desde adentro,
que a los tuyos no se los entrega.
Pero hay silencios que no sanan.
Que se clavan.
Que duelen mas que una derrota en las urnas.
Porque no se trata solo de perder el gobierno.
Se trata de perder el alma, si dejamos que nos callen.
Se trata de ver como las decisiones se toman entre pocos
y como se nos pide que aplaudamos, pero no que hablemos.
Nos dicen que ya habra tiempo para la autocrítica.
Que ahora no.
Que hoy hay que ordenar, elegir, pasar raya.
¿Pero como va a haber mañana si no entendemos que nos paso ayer?
Este Partido no nacio para callar.
No es un tramite, no es una estructura vacia,
no es una oficina con secretarios que sellan actas.
Es historia viva.
Es campo, cañada y comite.
Es sacrificio, coraje y conviccion.
Es la lanza de Saravia,
el temple de Leandro Gomez,
el gesto entero de Timoteo Aparicio bajando de su caballo para abrazar la dignidad.
Y eso, compañeros, no se administra:
se honra.
Los convencionales no pueden ir a calentar una silla.
Tienen que ir a buscar verdad.
Verdad que le hable a la cabeza y al corazon.
A mirar de frente a los que confiaron.
A dejar algo dicho, algo sentido, algo que quede.
Porque cuando los blancos hablamos de libertad, no hablamos de un eslogan.
Hablamos de un modo de estar en el mundo.
De un compromiso con los que no tienen voz.
De una rebeldia ancestral que no pide permiso.
A veces uno se siente solo en esto.
Como si las palabras se las llevara el viento y solo quedaran los gestos vacios.
Pero no.
Todavia hay quienes sienten el galope en el pecho.
Todavia hay quienes no aprendieron a callar.
Y si duele decirlo,
es porque todavia importa.
Asi que que nadie nos venga a explicar cuando hablar,
cuando pensar, cuando sentir.
Nosotros ya lo sabemos.
Lo traemos en la sangre.
¡Viva el Partido Nacional, carajo!
Ni me callo, ni me voy.
Andrés “NEPO” Saavedra.
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