Por un Uruguay de trabajo
Con preocupación vemos las distintas movidas sindicales que definitivamente hablan mal de los sindicatos. Ustedes habrán visto el asunto del sindicato de OSE, el tema de las bombas de humo, no bombas de humo, la verdad es que es el país que no queremos, absolutamente el país que no queremos, el país donde dicen no era nada la bombita de humo cuando se puede haber desatado tremendo incendio. Son una manga de inconscientes. Están jugando con la democracia, están jugando con la institucionalidad de nuestro país. De verdad que tiene que actuar Fiscalía con todo el rigor.
La misma preocupación vimos y que lo han visto todos, el sindicato de la construcción en Punta del Este, en la parada 33, metiéndole la pesada a sus propios compañeros, tratándolo de carnero, gritando, diciendo malas palabras, amenazando. ¿En qué país nos queremos convertir? ¿En el país que mande el que tiene más fuerza, el que grita más fuerte, el más mafioso?
No señores, mi país, nuestro país, el país de los coronillas, es el país del trabajo, de la responsabilidad y del respeto, del respeto por los demás, del respeto por el empresario, del respeto por los trabajadores, del respeto por los estudiantes, del respeto por los jubilados, del respeto por la gente que tiene experiencia.
Este país que está planteando los sindicatos del Uruguay es el país exactamente el que no queremos, el que no quiere la gente, absolutamente el que no quiere la gente. Señores, apuntemos a un país de verdad, apuntemos hacia el futuro con alegría, con madurez, con equilibrio.
Señores, si en el Uruguay queremos, en el Uruguay podemos.
¡Adelante, orientales!
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