No puede haber un solo oriental más viviendo en las calles

 Estimados compatriotas y orientales de todos los pagos, Les habla Francisco Sanguinetti, presidente de la agrupación nacional Blancos Coronilla. 

Vamos transitando un invierno frío, como todos los inviernos, este ha sido quizás un poco más suave en campaña, pero ya vamos muy cerquita de las 10 heladas y heladas buenas todas. 

Con preocupación vemos este invierno la gente que vive en la calle, por sobre todas las cosas del Montevideo, y es un tema que nos preocupa enormemente, como le preocupa al gobierno, como le preocupa al Mides, sabemos. Pero es un tema que ha venido a lo largo de los años haciéndose más visible. 

Definitivamente ayer estuve informándome con una persona que le tocó, por esas circunstancias de la vida, estar ocho meses viviendo en la calle y él me decía que un porcentaje enorme de las personas que viven en la calle es porque se quedaron sin vivienda. Hay un porcentaje de gente que tiene problemas con la droga, hay un porcentaje de gente que la familia definitivamente los corre, que tienen problemas con el alcohol, muchas veces el alcohol justamente es para sacarse el frío, pero que fundamentalmente es gente que se quedó sin vivienda. Es gente que tiene un trauma enorme. Al quedarse sin vivienda empiezan los problemas psicológicos, problemas mentales, de sentirse humanamente inferiores, de tener problemas psiquiátricos. Él me decía que te sentís vapuleado, que te sentís fracasado, que te sentís que no servís para nada, que te sentís que le fallás a tu familia. Así que imagínense ustedes si habrá un problema a solucionar. 

Como todo en la vida, señores. Cada uno de ustedes, cada uno de nosotros, sabemos que lo único que no tiene solución es la muerte. Todo lo demás es cuestión de ponerse. La sociedad, generalmente, cuando hay un problema, se sacrifica, apunta a ese problema y lo soluciona. Señores, es un gran desafío que tenemos para adelante, en el corto, en el mediano y en el largo plazo. No puede haber un solo oriental más viviendo en las calles, viviendo a la intemperie. 

Señores, si en el Uruguay queremos, en el Uruguay podemos. 

¡Adelante, orientales!