Veni, vidi, vici

 


Tarde gris, llueve manso sobre la calle, con esa carencia cansina que cubre a los autos en marcha, llenos de apuro, de prisa de conductores que buscan su destino.

Yo también busco un destino, esquivo en dejarse encontrar, que cómo el estacionar es difícil, pero no imposible.

Así es mi búsqueda del lugar donde las personas sean reales y no sombras de una fantasía que engaña.

¿Cuántos caminos recorridos?, ¿cuántas puertas abiertas? para encontrar ese vacío de la nada, preguntas sin respuestas en el salón de los muñecos, titeres que bailan al compás del titiretero  de turno.

Pobres almas condenadas al sordo compás de una marcha sin contenido, tan muerta en el tiempo, tan perdida en la memoria de viejos caudillos que claudicaron frente a la sencillez de la comunicación de las redes, pescadoras de almas y voluntades.

Así va mi pensamiento, de recuerdo en desilusión de mi voluntad perdida, con el alma rota y la mente agotada.

Así abro una puerta, esta mi última puerta que creo me separa del abismo, de la desesperación por no encontrar lo que busco.

Esta puerta no es para entrar, esta puerta que te devora tal cual como la locura se hace piel, contagiado de mil y mil que te miran contagiarte, de ser atrapado por ese virus de alegría, con síntomas de orgullo, de fervor, de poder hacer y en ello realizarte cómo ciudadano.

Su optimismo es su locura, su seguridad está en sus ideas, su futuro son las personas y su fuente la familia.

Creen en un futuro nacido del trabajo, criado en la producción y cuidado por la honradez, se visten con las ropas del honor y en su decir, la verdad en el elogio o la crítica.

Muchas caras sonrientes, felices de encontrar en su búsqueda, personas con pensamientos, ideas y metas en común, no como un templo cerrado y dirigido, y si como un cruce de caminos, dónde cada quien llega por su propio andar, con su impronta personal que nos enriquece a todos.

Así estamos hoy, juntos y a la sombra de la coronilla, porque hoy todos somos BLANCOS CORONILLA.

Roberto Alfonso Azcona

22 noviembre 2022


Nota

Veni, vidi, vici es la fórmula, atribuida a Julio César (y que se traduce por llegué, vi, vencí), se utiliza habitualmente para significar la rapidez con la que se ha hecho algo con éxito

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta al directorio del Partido Nacional

Pensamiento

Hay que tener mucho valor