Los que nos buscan, nos van a encontrar

Con una sucesión de episodios cargados de una profunda significación, el Partido Nacional se prepara para treparse al horizonte de los nuevos tiempos.

Sabedores de que tenemos en el mañana cercano importantes batallas para dar, los datos sanitarios y la coyuntura política alentaron a tomar decisiones orientadas a ese futuro.

Entre los elementos relevantes estuvo la elección de un nuevo Honorable Directorio del Partido Nacional, resuelto en un clima de unión y en una jornada de semi-presencialidad que ha sido un avance respecto a otras jornadas de plena virtualidad.

Fuera de las fechas pre-establecidas por las normas y luego de varios meses de funcionamiento en un marco de excepcionalidad indicada por la pandemia, la Convención Nacional del Partido Nacional se reunió en forma semi-virtual y eligió la integración de un nuevo Honorable Directorio partidario.

El nuevo equipo de 15 directores quedó conformado por cuatro pertenecientes al sector Aire Fresco, tres a Por la Patria, dos a Alianza Nacional, dos al Herrerismo, y uno en cada caso a los sectores Mejor País, Dale, Lista 40 y Sartorismo. 

Algunos destacaron como novedad la votación de Jorge Gandini (papeleta “Orgullosamente Blancos”), que compitió en forma independiente de lo que pretendía ser una lista única (papeleta “Defensores de las Leyes”) cuya negociación para una integración conjunta fracasó, pero que al final terminó siendo la mayoritaria.  

Según esta tesis, la barcaza se quedó con una cuarta parte del transatlántico.

Otros sostuvieron que el desafío a la unidad que muchas veces se predica en los corrillos partidarios, fue laudado con un contundente 12 a tres, resultado lapidario que liquidó cualquier eventual disidencia. 

Según esta tesis, el transatlático es el hegemónico y listo. 

Pero ni lo primero, ni lo segundo, porque un análisis de esta naturaleza debe ser un poco más sutil que el de las posturas simplistas de las metáforas futbolísticas.

No hay que olvidar que la consigna partidaria -la frase que está en el escudo- no habla de la unidad de los blancos, sino de la unión entre los blancos, lo que al final es bastante diferente.

El tema no es un diferendo semántico sino de naturaleza doctrinal, porque cuando enarbolamos la frase “somos idea, la unión nos hará fuerza” del escudo partidario, no decimos que todos somos la misma cosa, sino que todos tenemos derecho a pensar diferente pero el esfuerzo final debe ser coronado por la unión en favor de la misma antorcha.

Este Directorio es un equilibrado reflejo de la interna partidaria, y deja preparado al Partido Nacional para afrontar los desafíos que vienen.

La pandemia mantuvo al país entero por casi año y medio en suspenso concentrado en un interés sanitario dominante, pero los buenos resultados de la campaña de salud ayudan a tomar decisiones pensadas en los desafíos que se vienen.

Entre otras cosas, por delante tenemos la consolidación de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que cuestiona un sector minoritario del FA, un tema que mantendrá ocupado al país hasta 2022.

También hay que sostener ante la opinión pública las reformas impulsadas por el presidente Luis Lacalle, así como dar soporte en la consideración popular al gobierno de coalición, para todo lo cual es un elemento fundamental ordenar la integración de las autoridades partidarias.

Los Blancos Coronilla y los blancos de buena voluntad estamos resueltos a dar la batalla.

Solos o acompañados.

Por eso es de vital importancia que la gestión de este nuevo Directorio sea fiel al mandato de los 185 años de vida, sin temor a confrontar con ideas extrañas a los principios de nuestra colectividad o a las lisonjas de lo políticamente correcto.

El Partido Nacional no llegó hasta acá bajo la premisa de elegir la conveniencia por sobre los deberes, u optar por pretextos para conformar a los que no quieren a la Patria.

En la historia emocional de esta colectividad, el papel rector del Directorio siempre tuvo una vital influencia.

Allí está como ejemplo la lección dejada por Aparicio Saravia, cuando ante la renuncia directorial a los principios blancos, les tiró una afrenta sobre la mesa .


“Que no hay plata para la guerra/ les tiró los títulos de sus tierras”, recuerda con belleza el poeta en una recia canción.

 

Por eso es importante lo que acaba de suceder con el Directorio de este glorioso partido que acaba de cumplir sus primeros 185 años de vida.

Le abrimos una carta de crédito.

La militancia de a pie sabe lo que hay que hacer.

En el campamento, el vivac ya está encendido.

Los servidores esperan la mañana.

Están vigilantes y preparados para el adversario.

Los que nos buscan, al final nos van a encontrar.


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