La miltancia del YO NO FIRMO

Estas líneas salen algunos días después de que el país entero recodara la ruptura democrática de 1973, cuando las botas y los uniformes tomaron por asalto el Palacio de las Leyes y culminaron formalmente el proceso iniciado en febrero de aquel mismo año con el Pacto de Boisso Lanza.

Todos pudimos recordar una vez más en medios y redes el histórico discurso de Wilson Ferreira en el Cerrito de la Victoria, el día en que se produjo la ruptura institucional, cuando el caudillo puso sobre la mesa la complicidad de algunos sectores del FA como el Partido Comunista y su galaxia de grupúsculos, que apoyaron el golpe porque estaban convencidos que sería dado por un bloque de militares izquierdistas al estilo de los “peruanistas”.

Estos que tanto se rasgan las vestiduras en contra del “golpe gorila” al que mucho condenan, antes de hacerlo tendrían que explicarle al pueblo porque se dedicaron a lamerle las botas al Goyo Alvarez -que llevó en su mochila a personajes como José Nino Gavazzo- en las publicaciones oficiales del comunismo de por acá, como diario “El Popular” y el semanario “9 de Febrero”, o porqué el MLN-Tupamaros veía al golpismo militar como salvador desde por lo menos 1970, como constan en sus documentos, cuando aún no se había celebrado las elecciones que llevarían a la presidencia a Juan María Bordaberry.

Ese recuerdo de un episodio que ya casi va a cumplir el medio siglo, este año es importante por tres grandes razones.

La primera es no olvidar que la democracia representativa que nació con el país en el siglo XIX, es un sistema endeble que siempre está sustentado en el respeto a la opinión ajena, y no en el autoritarismo ideológico como el que nos tocó sufrir cuando se padeció el régimen de 15 años instalado por el FA.

Es importante recordar que en cualquier descuido, la democracia siempre va a estar en riesgo de ser destruida por los violentos, o por los cómplices del caos y la barbarie.

La segunda razón es para no olvidar que la democracia y la República no fueron regalos caídos del cielo, sino la consecuencia y el fruto de una actitud vertical de los orientales.

No olvidemos que la libertad siempre está a una generación de perderse, y para evitarlo debemos estar atentos.

Es importante saber que la República no se regala, sino que se milita.

Y la tercera razón es para recordar que burlarse de las decisiones institucionales, es la mejor forma de alentar a los golpistas.

Para que se entienda mejor: burlarse de las decisiones populares, terminan trayendo golpes de Estado.

Todos somos testigos de que a los sectores más ultras del FA, muy poco le importan las decisiones democráticas de la gente.

De esto podríamos dar muchos ejemplos, pero vaya el de la Ley de Caducidad, refrentado dos veces por la ciudadanía, pero al final desconocido por el gobierno del FA, reabriendo con ello una grieta que no tienen interés en cerrar.

Bueno, ahora estamos ante algo parecido.

Luis Lacalle anunció hasta el aburrimiento que al llegar al gobierno haría votar una Ley de Urgente Consideración (LUC); se conformó la Coalición Republicana y al final Lacalle ganó por el apoyo de las urnas; cuando llegó al gobierno puso el contenido de la LUC a consideración de los dirigentes políticos de todos los partidos y de la ciudadanía entera; la mayoría democráticamente elegida finalmente votó la LUC en el Parlamento; en consecuencia, el bloque más ultra del FA y su fuerza de choque satélite del PIT salió a juntar firmas para derogar lo que el pueblo votó en el proceso electoral de 2019.

Y han usado cualquier artilugio, como el de comprar firmas con comida.

Y han mentido a cara descubierta, como decirle a los que se van a jubilar que no podrán hacerlo.

Y han generado miedo, cuando aseguraron a la gente que alquila, que con la LUC los van a echar.

Y han engañado a cara de perro, diciéndole a la gente que con la LUC van a perder sus casas, sus sueldos, sus derechos y que hasta la policía va a convertirse en gendarmes de una dictadura.

En fin, estos reyes del engaño han hecho todo lo que está a su alcance para lograr su objetivo de llegar a las firmas y que con ello, puedan en lo que resta del gobierno que la gente siga hablando de lo que a ellos les conviene.

Su objetivo no es la sacar parte o toda la LUC como predican, sino poder aterrorizar al pueblo si no se termina haciendo lo que ellos quieren.

Hay que decirlo con claridad: ellos quieren robar el cambio logrado con los votos de la gente en 2019, agitar a la población e incendiar al país con sus reclamos, y si pueden, subvertirlo como está ocurriendo en otras zonas del continente.

En cierta ocasión, algún alto referente político nos hizo saber que ante este tema de la movilización de la ultra-izquierda con la juntada de firmas, que por un lado estaba la estrategia de los dirigentes, y por el otro la de los militantes, y entendimos claramente que entonces los militantes estábamos solos para hacer lo que mejor sabíamos hacer: militar.

Y bueno, “nos fuimos para la cuchilla” y resolvimos militar.

Los Blancos Coronilla comenzamos hace seis meses en solitario una campaña por el YO NO FIRMO, sin otra ayuda que la militancia de nuestros miembros, financiando la movilización con recursos que salieron de nuestros bolsillos, pagando miles de calcomanías que enviamos a todos los rincones del país, publicando información en grupos, foros y muros, estando presentes en todas las redes, y haciendo todo lo que estaba a nuestro alcance realizar.

Por suerte, en este arduo camino hemos encontrado a otros militantes del Partido Nacional que no trabajan con nosotros, aunque seamos cercanos, a militantes del Partido Colorado que no trabajan con nosotros aunque estemos coordinados, y a militantes de Cabildo Abierto que no trabajan con nosotros aunque hagamos cosas en cooperación, enfrentados todos a la misma patota que se muestra dispuesta a robarse lo que el pueblo reclamó en las urnas.

Y frente a este mismo enemigo de la voluntad popular, la militancia de todos esos sectores militó la voz del pueblo.

Esta vez fuimos “tuitos coronilla”, como dice el trovador, porque como reza nuestra proclama fundacional, el coronilla es un árbol “de madera dura, con espinas, pero que da frutos”.

Para estos compañeros de ruta, vaya un saludo militante de los Blancos Coronillas a todos los otros “coronillas” de los demás partidos de la Coalición.

No se olviden de marcar presencia, de orientar la opinión de los ciudadanos, ya sea en medios, ya sea en redes, con un mensaje que deje claro las cosas, o escribiendo un simple hashtag #YoNoFirmo, pero no silencien sus gargantas, que ya falta poco.

Y en particular vaya un reconocimiento a los militantes blancos de todos los sectores que salieron a dar batalla, con o sin anuencia de los dirigentes.

Porque de los dirigentes -salvo honorabilísimas excepciones- se ha escuchado un silencio ensordecedor.

¿Acaso olvidan que casi medio país estuvo a punto de poner en la Presidencia de la República a la mala réplica del Tarzán que todos vimos la noche de las elecciones?

¿Muchachos, piensan que todo se terminó con haber llegado?

Los Blancos Coronilla nacimos porque estamos dispuestos a estar en la vanguardia de la militancia blanca, con el gobierno o sin el gobierno detrás. 

El poder puede llevar a compromisos y a armisticios, que no estamos dispuestos a suscribir, y esa no es ni será nuestra postura.

Los campeones del pesimismo y del resentimiento han salido a juntar firmas y en el intento, pueden fracasar o tener éxito.

Si no llegan a juntar la cantidad necesaria de firmas, vamos a celebrarlo por el bien del país y la felicidad de la República, que es nuestro mayor anhelo.

Y si llegan, no tengan dudas de que no perderemos un minuto en prepararnos para dar un nuevo y mejor combate, como sabemos darlo los Blancos Coronilla, amparados en trincheras de argumentos y armados de potentes palabras que son nuestras mejores armas.

Porque eso hacen las vanguardias, vivir luchando hasta el último aliento, sin pedir otro mérito que el de la felicidad pública.

Y los muchachos que esta vez faltaron, deben saber que hay un puñado de blancos que va a combatir por la Patria y por el Partido Nacional sin pedirles permiso, ni rendirnos antes del combate o entregarnos sin pelear. 

El futuro pertenecen a los que se la juegan.

Sepan que el futuro es nuestro.

¡Que nos paren!