El Acoso Laboral de Estado (2da. parte)
Decenas de mandos medios en el Estado, muchos de ellos nombrados irregularmente, con estrechos vínculos al FA, aún permanecen en sus cargos tras el cambio de gobierno de marzo de 2020.
15 años en el gobierno nacional, más los 30 en la Intendencia de Montevideo y 15 años al frente de la Intendencia de Canelones, le dieron al FA la sensación de que todo les estaba permitido, se convencieron que eran una fuerza política “todopoderosa”, cuyos integrantes y militantes habían adquirido la “propiedad” del Estado uruguayo.
Nada se les podía interponer en su camino, ni siquiera las leyes: “lo político por encima de lo jurídico”.
Los funcionarios no frentistas, la mayoría cuando el FA ganó el gobierno, una minoría cuando lo perdió,15 años después, sufrieron lo indecible, toleraron lo insoportable y muchos se jubilaron en ese largo camino.
Otros se enfermaron por los acosos, destratos e intimidaciones, y algunos se convirtieron políticamente para poder sobrellevar una situación de presiones laborales que se fue agravando con los años de gobierno de la izquierda.
Era posible realizar un trabajo bien hecho, responsable, dedicando tiempo extra sin retribución, pero a la hora de los ascensos, de los “premios” de motivación y reconocimiento, se contemplaba a los compas militantes, cualquiera hubiera sido su desempeño, su asiduidad y su contracción al trabajo.
No era un Estado de calidad, de capacitación, y de premiar al buen funcionario, sino la imposición de un Estado clientelar, utilizado como herramienta política en beneficio de un partido político.
Aunque parezca mentira existen hoy funcionarios en el Estado con más de 20 años de reconocida labor, que al no hacer méritos políticos o no tener el “padrino” o la “madrina” adecuados, aún están en el mismo cargo y escalafón en el que ingresaron.
No es de buena administración, no es lógico, no es justo.
En los organismos públicos, en general -siempre pueden haber excepciones- falta gestión humana, pues los funcionarios son personas, no son recursos exclusivamente.
Gente que se ha capacitado regularmente, no se ha enfermado ni certificado con frecuencia y ha tenido la iniciativa de mejorar su trabajo y el de sus compañeros, contribuyendo a un mejor clima humano en sus lugares de tareas, no han sido tomados en cuenta, como hubiera correspondido en muchos organismos.
Han habido acomodos, concursos muy promocionados pero amañados, nepotismo, amiguismo y clientelismo político.
Han habido destratos, acosos, abusos, intimidaciones, traslados coercitivos, presiones y amenazas.
Miles han asistido impávidos a esas injusticias que otros miles han tenido que soportar.
Miles han sido testigos sin levantar la voz por miedo.
Miles de familias han sufrido por esas actitudes despóticas e injustas.
Es la ley del sálvese quien pueda, que el FA impuso en el Estado, luego de años de hablar de solidaridad y colectivos.
Miles de funcionarios del Estado con potencial quedaron desmotivados y desmoralizados a causa del caos y la injusticia que el FA ha dejado en las estructuras públicas, sin valorar méritos y capacidades en muchos casos, pero promocionando demasiadas veces la mediocridad de compañeros políticos.
Ese Estado debe cambiar.
El Uruguay del siglo 21 necesita otro Estado.
El tema es central para el país y da para mucho más, por lo que Blancos Coronilla seguirá con dicho tema en futuras publicaciones.
Gran verdad, lo experimente
ResponderEliminarExcelente, son verdades de las que se habla poco y no se procura solucionar
ResponderEliminarGran verdad, muchas injusticias. Fui víctima
ResponderEliminarAdemás de ecplicarlo, cuando se soluciona? Lo vengo padeciendo hace años y todo sigue igual. Dónde está el cambio?? Hay q cambiar, pero en un año no movieron a nadie
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